














Jardín Tenvilú
Historia
Visión
Misión
Somos un centro educativo que nace el año 1992, con el propósito de atender a niños y niñas, en un ambiente seguro, entregándoles las herramientas necesarias para el conocimiento y buen desarrollo afectivo que permita una adecuada integración social.
Los niños reciben desayuno, almuerzo y merienda para alimentarse, pero lo que es más importante, reciben bloques educativos construidos sobre una base de amor por parte de maestros calificados.
“Formar personas integrales, que sean capaces de manejar los conocimientos de todo ámbito en beneficio propio y de los demás, sin perder su humanidad”.
“Entregar una atención de calidad que les permita a niños y niñas despertar el interés del conocimiento y la valoración de todo lo que los rodea.
Entregar a nuestras familias la información pertinente y orientación adecuada para que tengan las herramientas necesarias para fortalecer, educar no tan solo cognitivamente, sino valoricamente a sus hijos e hijas”.
Años de Experiencia

Egresados
Testimonios
Si me preguntan cómo ha sido mi experiencia en el jardín Tenvilú, me cuesta describirla, ya que mi princesa, quien ingresó en el presente año, ha tenido un desarrollo excelente, mi Valentina se incorporó con un diagnóstico de retraso psicomotor, lo que la mantenía asistiendo regularmente a la Teletón y sin poder caminar por sí sola hasta dicha fecha. Valentina comenzó asistir regularmente, desde un comienzo las educadoras y directora nos expresaron todo su apoyo, dando un plan de trabajo inclusivo para ella, manteniéndola integrada en cada una de sus clases y en conjunto con sus compañeros. Comenzaron a transcurrir los meses y Valentina cada día avanzaba más y más, y hasta un par de meses atrás comenzó a caminar sola y sin apoyo de un adulto, si bien esto es un trabajo en conjunto con la Teletón, sin la ayuda, el apoyo y el cariño que entregan las profesionales del Jardín Tenvilú no hubiese sido esto posible.
Daniela, mamá de Valentina
Al llegar al Tenvilú noté una gran diferencia, Tenvilú es una familia. Solo puedo dar las gracias por la tranquilidad que siento, eso es impagable, por los cuidados y preocupación, por la guía y enseñanzas.
De corazón estamos felices de haberlos encontrado y les aseguro que buscamos mucho. Gracias por todo lo enseñado a nuestra hija y a nosotros como papás.
Pamela y Pablo, papás de Amanda
Tenvilú fue de las pocas salas cuna que aceptó a nuestra hija con su alergia alimentaria, pero lo que gatillo nuestra decisión final fue ver a los niños y niñas alegres y felices, saltando a los brazos de sus tías, no visto en otros lugares visitados.
Han tratado de funcionar los mas normal posible, incluso en los días más críticos de esta crisis social, en ayuda y apoyo para con nosotros que no tenemos a terceras personas que cuiden a nuestra hija.
Para nosotros tener a nuestra hija en Tenvilú, significa ayuda, apoyo, cuidado, confianza y poder ir a trabajar con tranquilidad porque sabemos que está en buenas manos.
Luz y Jaime, papás de Clara
Como familia, nos sentimos muy identificados con el Jardín, y agradecemos a diario que Matías se sienta muy bien y contento en su segundo hogar. Puedo afirmar que fue la mejor decisión, dejarlo en Tenvilú. Voy a agradecer todos los días, la dedicación y cariño que le entregan a mi hijo.
Gracias totales a todas las tías, y ojo que, a todas, sin excepciones, porque son un gran equipo y muy humano por lo demás.
Paola, mamá de Matías
Nuestro hijo llega a Tenvilú con siete meses de edad. Desde un principio, nos orientaron y se preocuparon de entregarnos la seguridad que significa dejar a un hijo en un nuevo hogar. Ya han pasado dos años y Santiago disfruta de sus tías, compañeros y compañeras y de todas las actividades diarias programadas, sale contento y cuenta lo que realizó y aprendió durante la jornada.
Como padres tenemos la confianza que el cuidado con amor, respeto y preocupación de los niños y niñas, es siempre una prioridad diaria por parte de todo el equipo del jardín.
María Clara, mamá de Santiago
Como familia conocemos al Jardín Tenvilú desde hace casi diez años, mi hija mayor ingresó en julio del año 2010 y mi hijo menor en noviembre del año 2015, ambos cuando tenían sólo cinco meses de edad. En este Jardín abunda el amor, la dedicación por conocer a nuestros hijos tal como son. Cada funcionaria se encuentra en sintonía con el espíritu de ser una gran familia Tenvilú. Las tías están capacitadas para desempeñar su labor, trabajan desde el amor por lo tanto hacen que el espacio sea el mejor lugar para que nuestros hijos crezcan felices.
Paulina y Luis, papás de Tomás y Sofía
Mi primer hijo Ignacio, ingresó en el año 2012, después de vivir una mala experiencia en otro jardín de esta comuna. Llegué con él con mucho miedo como toda mamá primeriza, pero debo decir que mi hijo fue creciendo, adquiriendo conocimientos y aprendiendo a ser más independiente.